El ensayo argumentativo es uno de los tipos de ensayos más comunes en la educación superior y en el mundo profesional. Su objetivo es persuadir al lector de una idea o posición específica a través de la presentación de argumentos y evidencias. Para lograrlo, es necesario seguir una estructura en la que se incluyan las partes clave de un ensayo argumentativo.
A continuación, se detallan las partes de un ensayo argumentativo:
1. Introducción
La introducción es la primera parte del ensayo y su objetivo es captar la atención del lector y presentar el tema a tratar. En esta sección se debe incluir una declaración de tesis, que es una afirmación clara y concisa sobre la posición que se defiende en el ensayo. La declaración de tesis debe estar ubicada al final de la introducción y debe ser clara, precisa y estar bien enfocada en el tema que se va a desarrollar.
Además, en la introducción se pueden incluir antecedentes y contexto sobre el tema a tratar, así como también definiciones o conceptos clave que sean relevantes para la comprensión del ensayo. La introducción debe ser breve y concisa, pero también suficientemente completa para que el lector entienda de qué se trata el ensayo.
2. Desarrollo
El desarrollo es la parte central del ensayo y es en donde se presentan los argumentos y evidencias que respaldan la tesis. Esta sección se puede dividir en varios párrafos, cada uno de los cuales debe presentar un argumento diferente. Cada párrafo debe comenzar con una oración temática que introduzca el argumento, seguida por evidencia que lo respalde y, por último, una explicación que muestre cómo la evidencia respalda el argumento.
Es importante que los argumentos sean claros, lógicos y estén bien fundamentados. Las evidencias pueden ser datos, estadísticas, hechos, citas de expertos o ejemplos concretos. Es importante que las evidencias sean relevantes al argumento que se está presentando y que estén bien documentadas.
3. Contrargumentos
En el ensayo argumentativo también es importante presentar los argumentos en contra de la posición que se defiende. Esta es una parte crucial del ensayo, ya que permite mostrar que se ha considerado el argumento opuesto y que se tiene una comprensión clara de las posiciones en juego.
Los contrargumentos se pueden presentar en una sección separada o integrados en el desarrollo del ensayo. En cualquier caso, es importante que se presenten de manera clara y se refuten adecuadamente. La refutación debe ser sólida y basada en evidencias para que el lector pueda ver que se ha considerado seriamente el argumento opuesto.
4. Conclusión
La conclusión es la última parte del ensayo y su objetivo es resumir los argumentos presentados y reafirmar la posición defendida. En esta sección no se deben incluir nuevos argumentos, sino más bien resumir los puntos clave del ensayo y mostrar cómo se relacionan con la tesis.
La conclusión también puede incluir una reflexión final sobre el tema y su importancia. Es importante que la conclusión sea clara y contundente, ya que es la última oportunidad para persuadir al lector de la posición defendida.
5. Bibliografía
En el ensayo argumentativo es importante incluir una bibliografía que muestre las fuentes utilizadas para respaldar los argumentos presentados. La bibliografía debe estar en orden alfabético y debe incluir toda la información necesaria para que el lector pueda encontrar las fuentes.
Es importante que la bibliografía siga un formato específico, como MLA o APA, para que sea fácilmente legible y para que se eviten errores de citación o referencias incorrectas.
En resumen, las partes de un ensayo argumentativo son la introducción, el desarrollo, los contrargumentos, la conclusión y la bibliografía. Cada una de estas partes tiene un objetivo específico y es importante que estén bien desarrolladas para que el ensayo sea claro, coherente y persuasivo. Siguiendo esta estructura, se puede producir un ensayo argumentativo efectivo que logre persuadir al lector de una posición específica.
