La Biblia es un libro de gran importancia para millones de personas en todo el mundo. En ella se encuentran enseñanzas, historias y personajes que han dejado huella en la historia de la humanidad. Uno de los términos que se encuentra en la Biblia es «Gentiles», que ha causado cierta confusión en cuanto a su significado. En este artículo, exploraremos qué significa Gentiles en la Biblia y su relevancia en el contexto bíblico.
Antes de entrar en detalles sobre el significado de Gentiles en la Biblia, es importante entender que este término no se encuentra en todas las traducciones de la Biblia. En algunas versiones, se utiliza el término «naciones» o «paganos» en lugar de Gentiles. Sin embargo, en la mayoría de las traducciones, se utiliza el término Gentiles para hacer referencia a aquellos que no son judíos.
Significado bíblico de «Gentiles»
En la Biblia, el término «Gentiles» se utiliza para referirse a todas aquellas personas que no pertenecen al pueblo judío. En el Antiguo Testamento, los Gentiles son considerados como aquellos que se encuentran fuera de la alianza de Dios con su pueblo elegido. En el Nuevo Testamento, el término Gentiles se refiere a los no judíos que son llamados a unirse a la fe en Jesucristo.
En la cultura judía, los Gentiles eran considerados como impuros y estaban excluidos de las promesas de Dios. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, se habla de la salvación para todos los Gentiles a través de la fe en Jesucristo. En Romanos 1:16, se dice: «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego». Esto significa que la salvación está disponible para todas las personas, sin importar su origen o raza.
Versículos bíblicos con la palabra «Gentiles»
- «Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los Gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo» (Efesios 2:11-12).
- «Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. Un poco de levadura leuda toda la masa» (Gálatas 5:6-9).
- «Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero él no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora» (Mateo 15:22-28).
Conclusión
En conclusión, el término «Gentiles» en la Biblia se refiere a aquellos que no son judíos. Aunque en el Antiguo Testamento los Gentiles eran considerados como impuros y excluidos de las promesas de Dios, en el Nuevo Testamento se habla de la salvación para todos los Gentiles a través de la fe en Jesucristo. La Biblia enseña que la salvación está disponible para todas las personas, independientemente de su origen o raza. La inclusión de los Gentiles en la fe cristiana es un tema importante en la Biblia y sigue siendo relevante en la actualidad, ya que nos recuerda que todos somos iguales ante los ojos de Dios.
En resumen, el término Gentiles en la Biblia nos enseña que la salvación está disponible para todos los seres humanos, independientemente de su origen o raza. La fe en Jesucristo es el camino hacia la salvación, y todos tenemos la oportunidad de recibir esta gracia divina. Debemos seguir el ejemplo de Jesucristo, quien mostró amor y compasión por todos, sin importar su origen o raza. Al hacerlo, estaremos cumpliendo con el mandato de Dios de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
