Introducción
El cristianismo, con sus múltiples denominaciones, abarca una rica diversidad de creencias y prácticas a lo largo de la historia. Dentro de este amplio espectro, el mormonismo surge como una rama distintiva, fundada en el siglo XIX por Joseph Smith.
En este artículo, exploraremos las 10 principales diferencias entre mormón y cristiano, proporcionando una visión clara de sus singularidades y puntos en común.
Diferencias
-
Orígenes y Fundación: El cristianismo nació en el primer siglo d.C. con la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, y se basa en las enseñanzas de la Biblia. En contraste, el mormonismo fue fundado en 1830 por Joseph Smith en los Estados Unidos, quien introdujo el Libro de Mormón como otra escritura sagrada, adicional a la Biblia.
-
Escrituras Sagradas: Los cristianos consideran la Biblia como su única escritura sagrada, compuesta por el Antiguo y Nuevo Testamento. Los mormones, sin embargo, utilizan cuatro libros de escritura: la Biblia, el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, y la Perla de Gran Precio.
-
Concepción de Dios: En la teología cristiana tradicional, Dios es visto como un ser trino, único en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El mormonismo enseña que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres dioses distintos, unidos en propósito.
-
Jesucristo: Aunque ambas tradiciones reconocen a Jesús como el salvador de la humanidad, el mormonismo añade creencias específicas no compartidas por el cristianismo tradicional, como que Jesucristo visitó América después de su resurrección.
-
Profecía y Revelación: Los mormones creen en la figura del profeta viviente, actualmente el presidente de la Iglesia, quien puede recibir revelaciones directas de Dios. Esta creencia no tiene un paralelo directo en la mayoría de las denominaciones cristianas.
-
La Salvación: Mientras que el cristianismo en general enseña la salvación por fe en Jesucristo, el mormonismo enfatiza también la importancia de las buenas obras y la obediencia a los mandamientos y ordenanzas de la Iglesia como esenciales para la salvación.
-
La Expiación: Aunque ambos grupos creen en la expiación de Jesucristo, los mormones tienen una visión más amplia, incluyendo la idea de que la expiación permite la resurrección de todos los seres humanos y la posibilidad de vivir eternamente en la presencia de Dios.
-
El Sacerdocio: El mormonismo enseña sobre dos sacerdocios principales: el de Melquisedec y el Aarónico, los cuales son necesarios para administrar ordenanzas como el bautismo. En el cristianismo, la interpretación y la importancia del sacerdocio varían ampliamente entre las diferentes denominaciones.
-
Vida después de la muerte: Las creencias sobre la vida después de la muerte también difieren. Los mormones creen en tres grados de gloria en el más allá, mientras que las perspectivas cristianas tradicionales tienden a dividirse entre el cielo y el infierno, con algunas denominaciones creyendo en el purgatorio.
-
Prácticas Religiosas: Las prácticas religiosas mormonas incluyen ceremonias únicas en sus templos, como el bautismo por los muertos y el sellamiento familiar eterno. Estas prácticas no se encuentran en el cristianismo tradicional, que se enfoca en sacramentos como el bautismo y la comunión.
Conclusión
Las diferencias entre mormones y cristianos abarcan una amplia gama de creencias, prácticas y perspectivas teológicas.
Si bien comparten el núcleo común de fe en Jesucristo como el salvador de la humanidad, sus caminos se divergen significativamente en cómo entienden y viven esa fe. Esta exploración nos ayuda a apreciar la diversidad dentro del cristianismo y a entender mejor la diversidad de creencias que caracteriza a la fe mormona.
Entender estas diferencias no solo es fundamental para aquellos interesados en estudios religiosos o en la búsqueda de un camino espiritual, sino también para fomentar el respeto y la empatía entre las diversas tradiciones que coexisten en el mundo.
A medida que continuamos explorando y aprendiendo sobre las distintas expresiones de fe, podemos construir puentes de comprensión y aprecio mutuo, reconociendo que, a pesar de nuestras diferencias, a menudo buscamos respuestas a las mismas preguntas fundamentales de la vida
